-
Cypraea talpa (Linné 1758)
-
Calpurnus verrucosus (Linné 1758)
-
Gelagna succincta (Linné 1758)
-
Prionovula brevis (Soweby 1828)
-
Tridacna squamosa (Lamarck 1819)
-
Turbo petholatus (Linné 1758)
-
Micromelo undatus (Bruguiere 1792)
-
Ovula ovum (Linné 1758)
La Colección
Desde tiempos remotos, las conchas han estimulado la fantasía del hombre. En las cavernas de Neanderthal, en los alrededores de París, se han encontrado auténticas colecciones./
Hoy en día, el resorte que impulsa a recoger conchas es probablemente el mismo que hace 100.000 años: ¡las conchas son bellas!
De la mera recogida de conchas, a la colección, el paso no es automático. El que ordena sus primeras conchas encontradas en la playa de veraneo en las casillas vacías de una caja de bombones según su aspecto y tamaño, seguramente obtendrá un resultado seductor. Pero al cabo de algunos veraneos, las cajas se amontonan y surge el caos; se hace necesario un criterio de ordenación. Aquí es cuando surge la "Conchología" o "Conquiliología" que es el nombre de esta ciencia-afición.
Sin embargo, la inmensa mayoría de los coleccionistas no ha visto jamás al animal vivo de los ejemplares que con tanto empeño colecciona.
Los avances tecnológicos nos permiten hoy en día observarlos en su hábitat natural. Y sorprendentemente, en muchas ocasiones los ejemplares vivos superan con creces la belleza de sus exoesqueletos. Son los grandes desconocidos.
